
Lamentablemente muy a menudo vemos que han montado una empresa y no sabemos por qué, pero tenemos el presentimiento de que va a fracasar. Y nos adelantamos presagiando su final, aunque a veces nos sorprende perdurando, creciendo y afianzándose en su mercado.
Pero ¿por qué nos pasa esto? Lo primero es porque desconocemos las interioridades y motivaciones que han llevado al propietario a iniciar este camino. Y segundo porque en el fondo todos tenemos una pizca de prestidigitadores sin título.
Algunos dirán que por la experiencia que tengo yo ya veo que esto no puede tener futuro, otros te dirán, no puedes montar un negocio así en un barrio como este, o un restaurante de comidas exóticas en el corazón de una comarca tradicional, podemos sumar cientos de argumentaciones y casi todas tendrán su punto de vista, pero la verdadera razón es por la falta previsión.
Previsión, una gran palabra que abarca muchos conceptos.
Muchas veces vemos como la capitalización de un despido acaba dilapidado en un negocio que ya de por sí no se debería haber abierto, o un bar, o un centro de estética (ejemplos abundan) y esto sucede porque no hay una planificación previa, es una carrera hacia adelante confiando en nuestra habilidades.
Seguramente no hay un plan de negocio, un estudio de mercado serio, un análisis de nuestras habilidades incluso una minusvaloración del coste económico de puesta en marcha, confiando en los primeros ingresos que tardan en llegar y cuando lo hacen ya sólo sirven para tapar lo anterior.
Planificación: acción de planificar. Planificar: Elaborar o establecer el plan conforme al que se ha de desarrollar algo, especialmente una actividad.
Sí, efectivamente, algo tan sencillo como eso y ampliando el concepto nosotros le agregamos, a ser posible orientado y respaldado por profesionales de la gestión.
Un consulta y estudio previo nos puede ahorrar mucho dinero y dolores de cabeza y no necesariamente porque nos deje sin nuestro sueño (que iba a ser una pesadilla) sino porque nos ayudará a reorientarnos de manera planificada hacia la salida más beneficiosa.
Una consultoría de empresa es el lugar idóneo para explicar tu proyecto, la ayuda y orientación que puedes recibir es directamente proporcional a tus posibilidades de éxito, ¿a que no sabías cómo funciona una solicitud de ayuda a nuevos emprendedores? Por eso necesitas el consejo de un profesional, no esperes a fracasar para lamentar.